Este sábado hay un nuevo derbi en el Calderón y nuestro bloguero ha decidido regalarnos su séptima colaboración hablando de los atacantes de los tres mejores equipos de la Liga: Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Al contrario que Pablo Iglesias, que se ha declarado antimadridista, Ferriz reconoce que le tira “lo blanco” pero no duda en alabar también a Messi o Griezmann, por ejemplo.
Aunque el fútbol no es un tema que les guste a todos, yo soy un apasionado de este deporte y me gustaría hablarles sobre los delanteros de nuestros mejores equipos, los tres que van a luchar dentro de poco por levantar los más prestigiosos trofeos.
Como aficionado del Real Madrid, me duele leer algunos comentarios acerca de sus principales figuras: Cristiano Ronaldo, Bale y Benzema. De Cristiano, ya una leyenda del madridismo, se decía que era egoísta en su juego, y se dice que no aparece en los partidos importantes. Para mí esto es falso: ante el mejor Barça de la historia, marcó el gol decisivo en una final de copa y el gol de la victoria en el Camp Nou que decidió una liga. Además, consiguió 17 goles en la pasada Champions, llevando al Madrid de principio a fin al triunfo; originó la jugada del 1-0 en el Bernabéu frente al Bayern, lanzando un pase sensacional, y marcó el 0-3 que tumbaba al gigante alemán en su estadio. Jugó medio lesionado los últimos partidos de la temporada, y aun así asumió la responsabilidad del liderazgo. Honor y gloria a Cristiano Ronaldo, el mejor goleador de la historia del Madrid junto a Di Stéfano y Raúl.
De Bale se dice que chupa, que pierde balones, que es un lateral disfrazado… Pero el galés llegó el año pasado y besó el santo: goles decisivos en las finales de copa y Champions. Me encantó ver cómo templaba a Ramos y a Varane en este último partido para evitar más tarjetas; jugador frío, rompedor y genial, nacido para decidir grandes finales, aunque peque de cierta irregularidad. Lo quiero siempre en mi equipo.
De Benzema se dice que es indolente, demasiado cerebral, un organizador de juego más que un killer… Bueno, sus cifras de goles, temporada a temporada, van en aumento y son más que aceptables. Autor del gol que liquidó al Bayern en el Bernabéu y otros cuantos de gran calidad e importancia en la pasada Champions, por no decir que suele crear las más bonitas jugadas y los mejores contraataques. Un violinista en el mundo del rock y el techno, un superclase francés, digno sustituto del maestro Zidane. Bien por Carlo Ancelotti, un fantástico entrenador cuya decisión de alinear siempre a estos tres delanteros, si se encuentran bien, para mí es acertada.
Y ahora el Atlético de Madrid. En los últimos años, su dirección deportiva se ha destacado por sus aciertos: ficharon al Kun Agüero, a Falcao y a Diego Costa, así como a Simeone, que les dio una liga espectacular frente a los colosos de siempre y casi remata la faena con la gloria suprema de la Champions. Es un éxito que se le debe reconocer a este club, de menor presupuesto y moral eterna, pues no es nada fácil acertar casi siempre en el mercado del fútbol. Han perdido a algunas de sus figuras y sin embargo se han reinventado: ahí están, algo alejados en la liga pero peleando sin rendirse, y dispuestos a todo en la Champions. Este año cuentan con Mandzukic, jugador que viene del Bayern, donde se ha fogueado en la élite, para marcar goles importantes. De momento, Simeone le está sacando partido y su rendimiento es aceptable. Si no sale de titular, será una bala en la recámara de este loable equipo.
Griezmann es un joven delantero que el pasado verano sonó para varios de los mejores clubes y acabó de rojiblanco. Tiene un espléndido futuro que, día a día, va labrándose en el presente a base de grandes goles y notable rendimiento. Será una figura del Atleti y de Francia a poco que le respeten las lesiones. Y qué decir de Fernando Torres, el Niño: una de mis debilidades; jugador de grandísima calidad aunque algo irregular, laureado con dos Eurocopas, un Mundial y una Champions, que tiene el talento necesario para decidir finales. De momento, dos golazos al Madrid en copa y otro golazo al Barça, y viene preparado para ser actor protagonista, en el otoño de su carrera, en los tramos decisivos de la liga y la Champions.
Concluyo con el Barcelona: en mi opinión, vuelve a tener una excepcional delantera que le convierte en aspirante a todos los títulos. Luis Suárez, mordiscos aparte, es un grandísimo jugador, procedente de la escuela uruguaya, goleador y, como se está viendo, asistente y visionario de grandes jugadas. Neymar, en quien me fijé por primera vez en la Copa Confederaciones que ganó con Brasil, es hoy en día uno de los mejores delanteros del mundo, muy joven aún y muy rápido, dotado de gran calidad y muchos recursos de juego, una pesadilla para el equipo rival; delantero a la altura de otros cracks brasileños del Barça como Romario, nuestro Ronaldo en su etapa culé, Rivaldo o Ronaldinho.
¿Y Messi? Parece que vuelve por sus fueros; yo creo que el año pasado no se escondió: por alguna razón no brilló a su nivel de siempre y luego, como no estaba mintiendo, tampoco resurgió en el Mundial, donde, a pesar de ser nombrado mejor jugador, no supo ni pudo decidir la final. Messi ha sido un auténtico diablo que nos ha mortificado a los madridistas durante años; genial y de rendimiento sobresaliente. Yo no sé si ha perdido algo de su imparable explosividad –la calidad la mantiene-, pero sigue brillando a una imponente altura y es capaz de volver a alzar el Santo Grial de la Champions. Para mí, Messi es el Di Stéfano del Barcelona, uno de los mejores jugadores de club de la historia junto a Cruyff o Cristiano. A nivel de selección, no obstante, le superan Pelé, Maradona o Zidane, que ganaron Mundiales. Sé que me dejo a ilustres figuras de siempre en el tintero, pero éstos que cito son indiscutibles.
Fotos: ademasdefutbol.es