Tras las cargas policiales a las puertas de la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada, que provocaron una persona detenida y varios trabajadores heridos, la planta registró una presencia de vigilantes privados «mucho más amplia de lo habitual», según han asegurado los sindicatos.

Hasta 30 agentes de vigilancia privada, algunos de ellos con perros, se han podido ver por las inmediaciones de la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada, que según los trabajadores y los sindicatos pretende ser desmantelada por la empresa.

Según le ha explicado a Efe el portavoz de CCOO en la planta de Coca-Cola en Fuenlabrada, Juan Carlos Asenjo, «dos furgonetas han pasado por la puerta de la fábrica, las mismas que entraron ayudadas por la Policía Nacional, pero esta vez no se han atrevido a entrar».

«Han pasado dos veces. La primera han pasado escoltados por un coche de Policía, y la segunda han pasado sólo las furgonetas. Pero todos los trabajadores estábamos en la puerta para evitar que entraran y ni siquiera se han parado. No vamos a permitir que desmantelen la fábrica», ha sentenciado el portavoz sindical.

Otro trabajador, Antonio, ha asegurado que no se marcharán de allí hasta que no se cumpla la sentencia de la Audiencia Nacional, y mantendrán el precario campamento que levantaron hace ya casi un año, el 3 de febrero de 2014. «No tenemos nada que perder. Nos han quitado el trabajo, desde hace tres meses nos han quitado el paro, aunque Coca-Cola sigue sin readmitirnos. Lo único que tenemos es nuestra vida, y con ella lucharemos por recuperar lo que es nuestro», ha manifestado a Efe.

Trabajadores y sindicatos sostienen que lo que pretende la compañía es sacar las líneas de producción de la fábrica de Fuenlabrada, desmantelarla, «y que cuando el Tribunal Supremo dicte la sentencia definitiva y les obligue a reabrirla, digan que está inoperativa».

El pasado mes de junio, la Audiencia Nacional declaró nulo el ERE efectuado por Coca-Cola, y a finales de noviembre ordenó la ejecución provisional de esta sentencia, según la cual los trabajadores debían ser readmitidos «con las mismas condiciones laborales y en el mismo puesto» que tenían antes de ejecutarse el ERE, algo que por el momento no ha ocurrido.

Coca-Cola ejecutó el 1 de abril el ERE, que afectó a unos 1.200 trabajadores en toda España, con más de 800 despidos -232 de ellos forzosos en la planta de Fuenlabrada-, cerca de 400 recolocaciones, y el cierre de las plantas de Asturias, Mallorca, Alicante y Fuenlabrada.

Fuente: EFE

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